Educando para colaborar
A lo
largo del desarrollo de este curso, he tenido la oportunidad de escuchar
diversas opiniones, posturas, aplicaciones y análisis referentes a la cultura
de colaboración vs la competencia, algunos de ellos enfocados al ámbito
empresarial o profesional de las personas, de cualquier forma tanto la
colaboración como la competencia, tienen su origen desde el nacimiento del ser
humano y durante su desarrollo en la niñez y adolescencia como medio de
subsistencia y respuesta al medio ambiente que lo rodea; posteriormente
dependiendo del entorno laboral en donde se desempeñe alguna de las dos
posturas puede llegar a dirigir su actuar y su forma de relacionarse con la
sociedad. Sin embargo, en mi opinión, la colaboración puede ser un medio para
llegar a ser más competitivo, es decir, colaborando con otros se puede lograr
más que trabajando individualmente.
Para
apoyar este punto de vista, haré referencia a algunas citas que tratan
precisamente de la relación que existe entre estos dos aspectos, sobre todo en
lo que se refiere a la educación.
En
primer lugar, es importante establecer las definiciones de cada uno de los
conceptos, según la (Real Academia Española, 2012) , colaboración,
significa acción de colaborar; que a su vez se define como trabajar con otra u
otras personas en la realización de una obra. Por otra parte competencia, es
definida como disputa o contienda entre dos o más personas sobre algo;
oposición o rivalidad entre dos o más que aspiran a obtener la misma cosa;
competitividad se define como la acción de competir o rivalidad para la
consecución de un fin.
En
la opinión de (Muller, 2009) , no es lo mejor que la competencia sea
señalada como algo negativo y la colaboración como su rival, si no que podría
buscarse una coexistencia armoniosa de ambas, en donde se fomente la humildad,
la modestia, la generosidad y la responsabilidad de los mejores hacia los demás
y a su vez una actitud de humildad para reconocer al que más tiene en un área
específica, para aprender de él y superarse inspirado en aquel que en algún
aspecto se encuentre en un escalón más arriba. También señala que la propia
superación llama a una constante competencia y rivalidad consigo mismo,
buscando con honestidad y objetividad los aspectos débiles de sí mismo,
compitiendo contra las propias limitaciones para evolucionar.
De
la misma manera en que se suele tratar a la competencia como algo negativo, se
suele pensar que la colaboración implica estar de acuerdo con los demás; un
artículo en (Entrepreneur Mexico, 2010) hace hincapié en que
como empresario resulta tentador contratar personas que piensen igual que él,
ya que ello evita conflictos, sin embargo esto limita la innovación, elemento
esencial para el crecimiento de toda empresa, por lo tanto la colaboración que
es la combinación de diversos puntos de vista siempre es preferible al
consenso.
Las
autoras (Peré, Perera, & Canuti, 2011) mencionan que: “Una
de las líneas de pensamiento que orienta al cambio educativo es la que se
vincula con el aprendizaje colaborativo como una ampliación del concepto de
trabajo cooperativo y colaborativo”. Citan a (Wessner y Pfister, 2001) definiendo
que el Aprendizaje Colaborativo se da cuando “Dos o más personas con el
objetivo común de adquirir conocimiento, están dispuestas a compartir sus
conocimientos y experiencias, en el marco de acciones de comunicación e
interacción dirigidas a alcanzar tales propósitos”. Agregan que esta forma de
aprender es una alternativa a la competición y al individualismo, propiciando
la solidaridad, conjunción de esfuerzos y de acuerdo e interdependencia de las
personas. Las partes se comprometen a aprender algo juntos y es el grupo el que
decide como realizar la tarea, que procedimientos seguir, como dividir el
trabajo, las tareas a realizar, por medio de la comunicación y la negociación.
Continuando
con lo anterior, la interacción comunicativa es la base de toda colaboración, Para
(Greimas y Courtés, 1982; citados en Peré, 2011) la comunicación es un acto voluntario
influenciado por la percepción de una posibilidad de crecimiento personal;
tratándose de la colaboración en una tarea grupal, se manifiestan diferencias
que pueden facilitar o dificultar la comunicación entre los integrantes, los
contextos de su procedencia, sus disciplinas de origen, sus autobiografías y
sus intereses, son elementos personales que se ponen en juego en dicha
interacción. Así, se debe tomar en cuenta que el aspecto cultural tiene una gran
influencia, en las interacciones de los integrantes de un grupo al momento de
intentar colaborar en alguna tarea.
Resulta
pertinente diferenciar colaboración de cooperación, según (Roschelle &
Teasley, 1996; citados en Peré, 2011), la cooperación se logra mediante la
división del trabajo entre los integrantes del grupo y cada uno es responsable
de la parte que le corresponde; por otro lado en la colaboración todos los integrantes
del grupo son responsables mutuamente para llegar un resultado.
El
autor (Cifuentes, 2004) en su libro Humildad
y Liderazgo, dedica un capítulo a la competencia y colaboración, mencionando
que: “Se trata de ver como se compatibilizan la competencia y a colaboración:
si podemos hacer posibles una colaboración
competitiva o una competencia colaboradora”
(p.88); para ello es necesario concebir un perfil de liderazgo con la
cualidad sobresaliente de colaborar y no competir; más adelante señala que
cuando lo importante de la relación entre entidades e individuos es el precio,
con la carga cuantificable material que conlleva, estas relaciones toman el
tinte de competitividad, en cambio, cuando la relación se establece en un
ambiente incuantificable, cultural, como es el de los conocimientos, la
competencia cede el paso a la cooperación (p.92). Concluye diciendo: “todos deberíamos
de tener un espíritu y una actividad nuclear de conjunción, complementariedad,
armonía y entendimiento en el seno mismo de las actividades de competencia.
Ello sería manifestación de que no hemos depuesto, al competir, nuestra condición
de personas” (p.100). La naturaleza
humana reúne ambos aspectos, sin embargo el reto actual es lograr que la necesidad
de ser mejor o superarse sea un motor personal que motive a las personas a ser
una pieza valiosa en su entorno con la actitud generosa de compartir sus
conocimientos, experiencias y habilidades colaborando con otros en el logro de
un determinado objetivo.
Actualmente
varias instituciones se inclinan por fomentar la colaboración en la educación,
para tal efecto utilizan el recurso del trabajo en equipo como medio para que
sus alumnos realicen diversas tareas asignadas por los titulares de las
diferentes materias impartidas en las aulas escolares; en mi experiencia
personal, observando la manera en que se desempeñan los alumnos en estas
tareas, escuchando las dificultades con las que se encuentran al momento de
integrarse y desenvolverse en dichos equipos y los resultados que obtienen, que
muchas veces no son favorables para cada uno de los integrantes de dichos
equipos; me surgió la inquietud de saber si los alumnos saben porque se les
pide realizar estas tareas en equipo, si saben que habilidades están aprendiendo
a desarrollar además del tema que esté relacionado con la tarea y por último si
tienen idea de lo que necesitan para poder trabajar en equipo y tener éxito en
su tarea. Platicando con la Directora del Bachillerato al que asiste mi hija, le
pregunté: ¿Qué es lo que buscan desarrollar en los alumnos al designarles
tareas en equipo? Y ella me respondió que principalmente buscaban desarrollar
el Liderazgo, la toma de decisiones y el logro de objetivos en conjunto; le
cuestione si les habían hecho saber específicamente a los alumnos esto y me
dijo que no, entonces yo le propuse, dar una plática a los alumnos para darles
a conocer lo que se busca que desarrollen al trabajar en equipo y además
exponerles de una manera muy sencilla y a su nivel, lo que necesitan para poder
trabajar mejor en equipo. Ella me dijo que le parecía muy bien, que le enviara
la propuesta para programar las pláticas con los alumnos.
Después
de haber estudiado en este curso aspectos tan importantes e interesantes con
respecto a la Cultura; haber elegido en particular como caso de estudio Cultura
de colaboración VS competencia, considero que una manera de aplicar lo que he
aprendido y hacer mi aportación final, es impartiendo esta plática a los
alumnos para ayudarles a que la realización de sus tareas en equipo se desarrollen
de una manera más armoniosa, sean más conscientes de lo que significa que
colaboren para lograr un objetivo y obtengan mejores resultados como equipo.
Muchas
Gracias a todos por compartir y colaborar durante todo este curso, ha sido un
placer conocerlos, leerlos y escucharlos cada jueves, ¡Los voy a extrañar! =)
BIBLIOGRAFIA.
Cifuentes, C. L. (2004). Humildad y Liderazgo.
Edo. de México: Ediciones Ruiz.
Entrepreneur Mexico. (Abril de 2010). EBSCO. Recuperado
el 10 de Diciembre de 2012, de
http://web.ebscohost.com/ehost/detail?sid=be1efee6-3ba7-4818-a50f-2bae0cf31bde%40sessionmgr12&vid=2&hid=8&bdata=Jmxhbmc9ZXMmc2l0ZT1laG9zdC1saXZl#db=zbh&AN=49226687
Muller, A. (20 de Mayo de 2009). Tribuna Logosófica.
Recuperado el 11 de Diciembre de 2012, de
http://tribunalogosofica.edu.uy/2009/05/competencia-vs-colaboracion/
Peré, N., Perera, P., & Canuti, L. (2011). cse.edu.uy.
Recuperado el 10 de Diciembre de 2012, de
http://www.cse.edu.uy/sites/posgrados.cse.edu.uy/files/culturacolaboracion-pere-perera-canuti.pdf
Real Academia Española. (2012). Real Academia
Española. Recuperado el 10 de Diciembre de 2012, de
http://www.rae.es/rae.html
Gracias Adriana por estas reflexiones y citas muy interesantes. Me encanta tu iniciativa de la plática. Mándamela por favor cuando la tengas. Seguramente nos vas a decir algo de ella en la sesión de hoy.
ResponderEliminarHola Adriana, muchas gracias por tus aportaciones.
ResponderEliminarSeguimos en contacto y un fuerte abrazo.
Miguel.